viernes, 8 de marzo de 2013

Del porque de este diario

Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.
Michael Levine 


Pues bien, en cuestión de meses voy a ser papá. El asunto me ilusiona tanto como me aterra. Me ilusiona la idea de conocer a mi hijo y poderle tomar en sus brazos, me emociona la idea de poder cuidar de él. Me aterra en igual medida el sentirme incapaz, el tener que ser un ejemplo, el temor a no ser lo suficientemente bueno, lo suficientemente sabio o lo suficientemente apto.

Son muchas las emociones, las ideas los temores que viajan en mi cabeza y en mi corazón. Ayer por ejemplo sentimos al bebé moverse por primera vez. Obviamente mi experiencia es mucho más ex-corporea que la de Hannah, pero sentir a ese ser moverse y darnos muestra que esta vivo y con serios planes de venir a trastornarnos la vida dentro de poco es mágicamente indescriptible. 

Ya sé, ya sé, sueno como cualquier padre primerizo ¿y cómo más voy a sonar? por eso he decidido empezar este diario de un papá novato a modo de ir contando mis temores, expectativas, dudas y sobre todo desahogarme, siéntanse bienvenidos a comentar (o no) a dar consejos (o regaños) pero sobre todo a acompañarme en la temerosa espera de llegar a ser papá.